La mujer y el niño del río, en Duaca
Mi padre me contó esta anécdota que en realidad le sucedió a su padre cuando era pequeño, y este se la contó a él. Sucedió cuando vivían en la población de Duaca.
Mi abuelo
cuando era un niño, acompañaba a su padre a recorrer el campo, y este hombre
que gozaba del licor solía volver tarde de sus parrandas, acompañado del niño y
de un burro que les llevaba a todas partes. Se trataba de un hombre preparado
para los peligros de la soledad en campo abierto, por lo cual siempre llevaba
un machete calzado a la espalda, por si surgían problemas.
En una
ocasión, de noche, estaban llegando a una zona donde les tocaba cruzar un río,
y conforme se aproximaban escuchaban el llanto de un niño. Mi abuelo, que era
pequeño entonces se asustó, pero mi bisabuelo que era aguerrido y malhumorado
se preparó para responder ante lo extraño y siguió acercándose.
No más
llegaron al río cuando vieron la figura de una mujer y un niño parados en medio
de las aguas. La mujer al parecer sostenía amenazadoramente al niño, y este
lloraba.
El hombre se
inquietó por aquello, pero lleno de coraje le gritó:
— ¡Señora!
¡Deje a ese niño quieto que es una creatura inocente!
Pero la mujer
no hizo nada.
Su padre, que
era un hombre muy recio, enseguida sacó el machete y amenazó a la señora del
rio:
—
¡No me interesa si está muerta o está viva, pero
si no suelta a ese niño le caeré a machetazos!
Entonces la mujer desapareció.
por Carlos
García
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